Los dueños de gatos en la ciudad enfrentan desafíos espaciales con sistemas tradicionales de arena.
Optimiza espacios pequeños con cajas abiertas de bajo perfil que midan menos de seis pulgadas de altura,
que quepan debajo de fregaderos o muebles. Mide la longitud de tu gato y asegúrate de que las cajas sean al menos 1.5 veces más largas que su cuerpo. Las arenas vegetales biodegradables, como las de tofu o maíz, son más ligeras y fáciles de transportar en edificios sin ascensor. Granos de baja dispersión evitan que el suelo quede con partículas molestas. Considera muebles
con compartimentos ocultos, como baúles o bancos con almacenamiento. Evita diseños cerrados que atrapen olores y desanimen a los gatos. Ubica las cajas lejos de zonas con mucho tráfico pero sin aislarlas por completo. En apartamentos tipo estudio, colócalas en esquinas ventiladas usando separadores de ambiente para brindar privacidad.
Aspira regularmente alrededor de las cajas para contener las partículas sueltas.